Tu muerte

5 de 3 del 2010

Leche. ¿Leche? No, leche ya hay... Mentalmente repasas la lista de la compra, mientras te acercas al supermercado, paseando por la calle. Hay algo en el ambiente, te das cuenta cuando sales de tus pensamientos llenos de fruta y verdura. La gente parece inquieta...

Un perro te ladra, asustándote, parece asustado por algo, pero no sabrías decir por qué.

Pronto lo averiguas, de repente la leche importa más bien poco.

Oyes un zumbido cada vez más fuerte, un avión, miras hacia arriba, instintivamente. Entre las nubes se distingue una silueta. No, tres. Tres aviones, negros, dos pequeños, y otro más grande. Te sorprenden, no son comerciales, y vuelan bastante bajo, haciendo un ruido ensordecedor

Con una maniobra brsuca los dos pequeños se alejan del grande, que sigue su camino. Aún a lo lejos, ves como el grande deja caer algo. Por un momento te da un vuelco el corazón. Pero desechas la idea, es demasiado estúpida, no hay motivo para que os estén atacando... La tele decía cosas, pero siempre exagera...

Un flash cegador envuelve todo de blanco, cuando recuperas la vista, ves una bola de... ¿luz? a lo lejos.

Un viento invisible te sacaude fugazmente. Instintivamente te llevas las manos a los oídos, que han sido invadidos por un dolor increíble, notas la sangre, y te das cuenta de qué ha pasado. El ruído de la explosión te ha reventado los tímpanos. Si no lo has oído, es simplemente porque te ha dejado sorda.

Confusa, te levantas, y miras al frente, de nuevo. La explosión está arrasando los edificios cercanos, y se acerca. Rápidamente. Notas el calor durante un segundo, después la explosión te envuelve y no notas nada más...